lunes, 14 de febrero de 2011

RITCHIE “KONTIKI” Y EL BOCADILLO EN GUIJUELO


La misma mañana del sábado lo pensé. Algunos amigos de Madrid me comentaron para ir a Salamanca, pero no lo vi claro. Más que nada, porque era fin de semana y quería descansar, ya que el sábado anterior había estado en Cantabria y la espalda se resiente del coche.
Este sábado me había levantado con la sensación de desempolvar la camisa del Tenerife que tenía en la caja de “ropa de deportes”. Esta temporada no había asistido a ningún partido del Tenerife, bueno sí, uno en casa cuando en noviembre viajé a la isla, pero casi ni me acordaba y las circunstancias no se han dado para poder asistir a ningún otro partido, evidentemente, fuera del Heliodoro, que es donde vivo. Fuera del Rodríguez López.
Este año, no sé por qué, Roja Directa no ha dado casi ningún partido del Tenerife y la tele no ofrece la segunda como la primera. Sólo el derby y gracias a Canal plus.
Salí de Talavera sobre la una. Autovía A5, autovía Extremadura 1 por Navalmoral de La Mata hasta Plasencia y desde allí, rumbo a Salamanca por la autovía de La Plata. Tres horitas me bastaron, incluyendo la parada de rigor en Guijuelo para un bocadillo de jamón, los mejores de mundo -undo -undo, según Castaño. Kersty, que después de jurar y perjurar tras el descenso en Valencia que no iba a ver más al Tenerife, fue a regañadientes.
Ya en Salamanca, directos al estadio. Dos horas nos tranquilizaba para poder comprar las entradas. El Helmántico tiene algo que no tiene el Heliodoro, buenos aparcamientos. Casi en la puerta del estadio. También es porque se encuentra en una especie de descampado, cerca de la autovía que une Salamanca con Valladolid, vamos, la que se suele coger para ir a Cantabria desde la A6.
Saludé a Castañeda, a Juanjo, a Joaquín, a Pablito, a Maxi, a Alejandro, a Manoj y a Luis; todos ellos compañeros de prensa. Luego llamé a Michel, pero estaba en Tenerife disfrutando del Sol. Ya dentro del Helmántico, me encontré con Ana y Jairo.
Mismo lugar, mismos equipos, distintos onces y muchos menos aficionados dada la situación. Un tío con un “bareto” en Salamanca anunciaba fiesta tinerfeña en Salamanca con Arehucas. El hombre se lo montó en un momento para atraer a todos los aficionados a su bar y hacer el “agosto”. Los carteles estaban colocados en la parte donde estaban los aficionados al Tenerife. Pablo probaba el “pastega”, Manoj cogía sonidos. Todo ello con prisas, puesto que lo que se conoce como “calma chicha” se había convertido en “calma salmantina”. Todos los de prensa estuvieron no sé ni cuánto tiempo esperando a que les dieran las acreditaciones, pero Juan Carlos Castañeda aparentaba estar tranquilo (jajaja, Un abrazo).
Sale a calentar el Tenerife y el “Chicharrero de Corazón suena”. Me emociono como un tonto y es que va para tres años que salí de “mi islita” y me pongo tonto hasta con los chistes de Manolo Vieira (Y eso que es canarión).
Empieza el partido. El Tenerife viste con la camiseta azul y negra con la cruz blanca, pantalón blanco y medias negras. Ahora mismo, me da igual los colores, que vistan así lo que queda de liga si da suerte.
Tenía ganas de ver a los nuevos. “Dubi” no lo hizo mal, pero me sorprendió “Kontiki” o “Koito”, da igual, mientras juegue así de bien, como si se llama “Yeyo o Fifo, hasta Primi”. Hidalgo volvió a ser el de los mejores momentos, Sicilia hizo de Nino, Luna contuvo bien, Bertrán mejoró en la segunda parte, Beranger anduvo fino, Natalio corrió lo que nos debía de toda la temporada. Por momentos, Julio Álvarez me recordó a Chano poniendo balones (salvando las distancias), Nino dejaba una marca en el campo cada vez que corría y Luis García cumplió. Los suplentes también cumplieron y doy fe de que Kome sudó la camiseta. Se la regaló a Ana, una amiga.
Cuando Marcos Marques salió a calentar, sonaron los gritos de “Marcos Marques maric…” y justo -coño que mala pata- marca Las Palmas y lo ponen en el marcador. El “ex canarión” calentando nos mira, señala con disimulo para el marcador y se ríe. El cántico aumenta. Decía uno: “Déjenlo, este ya está acabado para el fútbol y se divierte así”.
Me sorprendió cuando vi a Quique Martín, del Salamanca, en el campo. Por un momento también pensé que iba a saltar al terreno Alfredo Di Stéfano, porque creo que son de la misma quinta. Me da que este se ha tomado muy a pecho lo de ZP y sigue jugando, hasta cotizar treinta y cinco años para jubilarse.
La pone Julio y Pablo la cabecea dentro. No me lo creía. Todos saltábamos, gritábamos, celebrábamos, reíamos, llorábamos… no sabíamos que hacer. No nos acordábamos. Llegaban los fantasmas de los empates al final. Expulsión de “Kontiki” y temíamos lo peor. Sufriendo llegamos al final del partido. Los jugadores corrieron hacia donde estábamos y tiraron las camisetas, bueno, algunos. Sicilia fue el primero. No ganamos la Champions pero sí que soltamos toda la rabia contenida.
Este equipo apto para estar en el ascenso, pero que no acto para hacerlo, nos hizo vibrar como en los viejos tiempo. O no tan viejos.
Al final, coche, dos horas y cuarto de carretera y a casa a ver el Barca – Atlético. Ese partido es de otro mundo.
Un saludo desde Talavera y hasta otro año, amigos.

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